jueves, 30 de abril de 2009

Marker (Colaboración)

Con Jose

Era el lunes al mediodía, cuando el indefenso marcador fue olvidado. Nunca había estado solo desde que lo enviaron de Carolina del Norte. Se llamaba Marker. Una niña descuidada lo dejó desamparado, luego de escribir con él utilizando la baranda del puente como escritorio. La vida del marcador pendía de un cable que cruzaba el puente de un poste al otro. Debajo, la avenida estaba desolada. No veía a nadie que pudiera salvarlo. De pronto, vio la figura en contraluz de un hombre, con un cinturón lleno de bolsillos y una pequeña caja, que venía directamente hacia él. La tinta del marcador hervía de emoción. El hombre, entonces, trepó unas escaleras del poste hasta llegar a los cables. Marker se sintió aliviado. El hombre se pusó unos guantes y empezó a mover los cables: era un electricista. El endeble marcador gritó deseperado: Help me! What are you doing? Stop that!, pero el electricista no le escuchó, ni hablaba inglés. La jornada del lunes terminaba a la una y el trabajador se marchó puntual. Marker se quedó tan tenso que parecia otro poste, I'm saved!, pensó. Pero, no tomó mucho para que la via se llenara de los carros de lunes después de la una, los cuales lo hicieron tambalear tanto, que se cayó y pasó a ser sólo una mancha negra en el pavimento.

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