sábado, 14 de febrero de 2009

Masticar Chicle

Para masticar chicle, primero se necesita obtener el chicle. Se lo puede comprar, pedírselo a un amigo que lo tenga, o se lo puede robar de una tiende que venda chicle (pero tenga cuidado con lo último).
Cuando se lo obtenga, es necesario que se abra el papel, y se ponga el papel en la basura.
Se toma el chicle, y se lo pone en la boca. Va a tener un sabor dulce, porque tiene azúcar. Va a ser un poco duro, pero puede hacérselo más suave. Necesita ponerse los dientes juntos para masticar. Se debe repetir por un rato. Ahora se puede enviar el chicle sobre la lengua. Si está estrecho, se puede pasar el aire y se formará una burbuja.
Cuando el chicle pierda su sabor, se lo puede escupir en la basura, pero solamente en la basura, porque un chicle que ya fue masticado es asqueroso.

Remordimiento

Es un dolor de la mente. Una lamentación de algo que está hecho. Es una emoción de pena, de lástima, de culpa. Se siente especialmente después de un crimen. Se quiere cambiar una equivocación, pero no se puede; ya pasó, y es la única cosa que queda.

El Dinosaurio

Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí.
Augusto Monterroso no entendió por qué había un dinosaurio en su casa anoche. Pero, le dio miedo, y era más grande que él, así que el autor caminó tranquilamente a su cama. Era casi imposible dormir, pero estaba muy cansado, y eventualmente se durmió.
Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí.
El dinosaurio le vio a él con una sonrisa muy amable, pero no dijo nada. El autor, a pesar de sus sentimientos de miedo, escapó de la casa. Esperó que el dinosaurio se fuera.
Cuando regresó, el dinosaurio todavía estaba allí.
¿Qué podía hacer? El dinosaurio vivió allá en su casa por muchos días. Siempre le daba miedo al autor, con su sonrisa reptil, pero no hacía nada, y cada noche el autor caminaba a su cama, y dormía.
Un día, cuando despertó, algo raro ocurrió.
Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí. Pero había muerto.

Carmelo

Nunca he visto este tipo de carmelo. Está envuelto en papel azul, como el cielo, y un gris brillante. Dice mello y piña.

Abrir el papel es abrir un regalo durante la navidad. También puede ser un río con el sonido de agua que se está moviendo a lugar muy lejos. O puede ser fuego, que está comiendo papel en manos anaranjados.

Me engaña este carmelo, porque es amarillo, pero el papel era azul. Tiene un olor dulce, pero breve, como jabón.

Se siente seco en mi lengua, y al principio, no tiene sabor. Pero, de pronto, yo experimento el sabor de piña muy fuerte, y eventualmente hay un jugo en mi boca, la dulce mezclada con mi saliva, y es como los jugos dulces de frutas que mi madre aquí me da en el desayuno. Me gusta el sabor, y no quiero morder el carmelo porque no quiero perder el sabor tropical.

Estoy muy lejos de mi hogar, de mi patria, donde se consumen mucha azúcar. Desde que llegué aquí, no he comido un carmelo, y este carmelo tiene mucho sabor. ¿Es porque estoy concentrado en la experiencia, o porque no he comido mucha azúcar aquí?

El sabor, un poco ácido ahora queda en mi boca. El carmelo tiene el tamaño de una nuez. Estoy masticando las partes pequeñas. El azúcar se queda en mi lengua, mis labios, en toda mi boca, y tengo ganas de limpiar mi boca. Todo lo que queda es la basura.